jueves, 6 de octubre de 2011

CÓMO ME LLAMO (II)


               En un artículo reciente traté sobre la manera en que nos dirigimos a los demás, usando unas veces su nombre de pila, otras el apellido y otras algún mote o sobrenombre. Hoy quiero volver sobre esa temática y comentar algunos otros recursos vocativos.
               Me referiré al empleo del nombre del cargo o función de las personas. Empiezo por el que más me choca, creo que por lo elevado de la jerarquía del interlocutor. La más alta institución política en nuestro país, después del rey, es el presidente del gobierno, seguido del de las cortes. La tradición establece que, en sustitución de su nombre (precedido de Don/Doña), lo adecuado es decir su apellido o el término propio del puesto que ocupa, antecedido de “señor/-a”: “Sr. Rodríguez Zapatero” o “Señor Presidente”. Sin embargo, llevo un tiempo oyendo y leyendo esta última expresión sin el inicio “señor”, en narraciones indirectas (pues, como puede suponerse,  no tengo acceso a las conversaciones de los presidentes ni siquiera como espectador): “Le pregunté: ‘Presidente, sabes que mucha gente está pidiendo un adelanto de las elecciones…”.  Igual ocurre con los ministros y otras autoridades, como el gobernador del Banco de España, etc. Naturalmente, siempre se trata de personas que, sin disfrutar de una excesiva proximidad a ellos ni una relación de parentesco, suelen tratarlos a menudo en razón de su dedicación laboral. En igual situación estás los delegados o los alcaldes, los directores, etc.: “Alcalde, ¿quieres presidir la próxima entrega de premios de…?”. Esta forma de tratamiento siempre se construye con “tú”, no con “usted” (tuteo).
               En la misma línea están los alumnos cuando, a pesar de la diferencia de edad y posición, requieren la atención de sus maestros o profesores: “Maestro, ¿por qué no cambias el examen de mañana?”. A las profesoras o maestras, que hasta hace poco eran “Seño” o “Señorita”, también se les apela con el nombre de profesión. En una ocasión planteé en la sala de profesores por qué no nos llamaban por nuestro nombre, en vez de usar “maestro” o “maestra”. Una compañera me dio esta explicación: “No se atreven, porque creen que sería tomarse demasiado la confianza”. Puede ser, aunque el tuteo ya expresaba bastante confianza.

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               La Nueva gramática de la lengua española, de la RAE (Madrid, Espasa Libros, 2010) hace esta observación explicativa al respecto: “Se percibe en el español contemporáneo un notable desarrollo del tratamiento de familiaridad. El incremento comenzó en la primera mitad del siglo XX, pero que [sic] se ha extendido de forma más notoria en los últimos treinta o cuarenta años. El uso creciente de las formas de familiaridad constituye un signo de cercanía, de igualdad, asumida o presupuesta, y de solidaridad, favorecido tanto por el auge de los movimientos políticos igualitarios como por la estimación que se concede hoy al hecho mismo de ser joven. El uso extendido del y del vos en la publicidad refleja bien esta escala de valores. El trato general con desconocidos adultos sigue siendo el de usted, con variaciones que están en función de las áreas geográficas, pero también de la edad del que lo dispensa. (p. 322). Y añade más adelante: “Los sustantivos que designan títulos, cargos y oficios se pueden usar en español como apelativos en el trato personal, además de cómo títulos oficiales: alcalde, director, ingeniero, licenciado, maestro, ministro, presidente, rector. El uso de estos apelativos puede ser compatible hoy en la conversación con el tratamiento de confianza (¿Estás de acuerdo, presidente?), pero se requieren las formas verbales al trato de respeto cuando se construyen con señor / señora (¿Está usted de acuerdo, señor presidente?)” (p. 324).
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               Doctores tiene la Iglesia. No obstante, contaré una anécdota que contraría un tanto la doctrina académica. En una rueda de prensa reciente, un periodista se dirigió al actual candidato del PSOE, que era el destinatario de las preguntas, diciéndole simplemente “Rubalcaba”. El aludido, con gesto grave, le corrigió: “Señor Rubalcaba”. Al parecer, no todos aceptan tan fácilmente la “cercanía”, la “igualdad”, la “solidaridad” de las que habla la Academia y que, según la institución, favorecen los “partidos igualitarios”. No todos, insisto, aunque las prediquen

12 comentarios:

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  2. Entiendo y comparto la reacción del señor Rubalcaba ante el tratamiento intemperante que recibió. Y más aún, me desagrada profundamente la propensión al tuteo que tiene nuestro monarca. Lo más decepcionante en su reacción (que compartía en su fondo) contra Chavez fue la de tratarle de tú. ¿Por qué no te callas? Ahí se perdió y perdió la razón.

    El caso es que el usted es agresivo en muchos contextos. Es como si te hicieran viejo y tendemos a evitarlo. Yo sé que puedo ofender si uso el usted en una situación de igualdad. He tenido que corregirme. Me molesta cuando jóvenes me tratan de usted y tiendo en contrapartida a tratarlos yo también de usted.

    En la década de los sesenta se aventaron los tratamientos de cortesía y se apostó por el tú en las relaciones sociales, pero pienso que fue una gran pérdida. En Francia es preceptivo el usted en el tratamiento a los profesores o entre iguales. Y lo envidio, pero porque es una regla asumida por la colectividad. En el colegio de mis hijas, es obligatorio el tratamiento de usted y llamar Señor a los profesores, así como levantarse cuando el enseñante entra y sale de la clase. Va en contra de mi filosofía íntima, pero entiendo las razones que llevan a ello.

    Tengo contradicciones al respecto, pero le doy la razón al señor Rubalcaba.

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  3. Joselu, la verdad es que ahora, en contra de lo que pasaba antes, las cosas no están muy claras respecto al uso del "tú" y el "usted", se ha desdibujado la norma. Por ejemplo, frente lo que ocurre en ese colegio que citas, en mi antiguo instituto se nos tuteaba sistemáticamente por parte de los alumnos y a mí no me molestaba, ni a mis compañeros, porque así había más cercanía y nunca te faltaban al respeto. Sé de algunos profesores que advierten el primer día de curso: "Yo soy Don José" y los alumnos lo acatan y no pasa nada. Joselu, gracias por tu visita y comentario. Salud(os).

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  4. El usted tiene para mí dos usos diferenciados: uno, el del respeto que muestro hacia alguien a quien me dirijo por primera vez y no le tuteo hasta que me lo pide, sobre todo si es mayor que yo y no veo claro si puede molestarle, y el que me sirve para marcar la distancia con alguien con quien no quiero mostrarme cercana (porque no me guste su actitud, por ejemplo) o pretendo que note claramente mi posición de hacerme respetar, que de todo me he encontrado en el mundo laboral. Aunque el respeto no se encuentre en el uso o no del usted, es verdad que hay ciertas personas que tienden a guardar más las formas si no tutean; a pesar de que sé que solo es pura fachada, a mí me vale muchas veces.
    No me gusta que me traten de usted, pero si yo no tuteo (por los motivos que sean), prefiero que me correspondan y también me traten de usted.

    Saludos.

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  5. Yo he perdido el "usted" casi totalmente. Debe ser cosa de la edad...
    Un post muy interesante.

    Salu2

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  6. Toni, dicen que la vida de cada persona se divide en tres etapas: 1) Cuando nadie te habla "de usted"; 2) Cuando le pides a quien te hable "de usted" que, por favor, te tutee; 3) Cuando ya no crees oportuno decir que te tuteen a quienes te llaman "de usted". Gracias por tu visita y elogio. Salud(os).

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  7. Buenos días.
    Interesante reflexión. Yo soy de esas personas que tratan de usted a casi todo el mundo a no ser que me digan lo contrario. Descubrí de niña casi, que muchos abuelos de compañeros de colegio se quedaban complacidos en ese tratamiento y, con el tiempo, me he ido dando cuenta del respeto que implica en este mundo de "donde vas tío".
    Me quedaré por aquí.
    Un saludo y buen miércoles

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  8. Efectivamente, Manuela: el "usted" sirve para alejar y para alejarme, y que así se mantenga el respeto. En los últimos años se ha impuesto el "tú", no sé si para "acercar" o para "no respetar". Seguramente dependerá de los casos. Gracias por tu visita y tus interesantes observaciones. Salud(os).

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  9. Mientrasleo, buenas tardes-noches. Coincidimos en "ustear" a porrillo. Ocurre, sin embargo, que, a medida que voy avanzando en edad, tengo más gente "tuteable" a mi alrededor por razones obvias. De todos modos, suelo seguir siendo fiel a mis principios y hablar de "usted" más que la media de los hispanohablantes peninsulares. Te agradezco tu visita y este primer comentario: ¡que se repita! Estás en tu casa. Salud(os).

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  10. Jaramos, sentiría que no conocieras el objetivo del post que he escrito. No es una confesión. Es un ejercicio de estilo puesto en en la voz de un abertzale pero que no refleja en absoluto mi punto de vista. He pensado en aclararlo pero prefiero que cada uno lo reciba según su punto de vista. Hay un exalumno que se ha dado cuenta de mi intención. Supongo que me conoces hace poco y no sabes que en reiteradas ocasiones he escrito sobre ETA. Puedo decirte que el día que mataron a Carrero Blanco yo escribí a mis diecisiete años en una revista juvenil en que participaba condenando el atentado que fue, por contra, recibido con alborozo en los ambientes que recorrí aquel día. Ni aquel crimen estuvo justificado para mí. He sentido el dolor de todas y cada una de las víctimas de ETA. Te lo quería aclarar. Quizás ahora puedas releer el texto con otra luz. Un abrazo.

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  11. Gracias por tu aclaración, Joselu. Cuando lo leí, me chocó y, desde un cierto momento, lo leí dejando en suspenso tanto la interpretación realista o como la de ficción. En cualquier caso, creo que es un texto impresionante en sí mismo, al que se añadiría, en su caso, el valor autobiográfico si fuera esta su naturaleza. En medio de la inmensa multitud de escritos con las opiniones directas de sus autores en estos días, el tuyo es una agradable isla literaria, seguramente mucho más dura y descarnada, desde el plano humano. Hace ya tiempo que me di cuenta de tu inclinación y tus dotes para la escritura literaria. Salud(os).
    P.S.: Me gustaría que escribieras más a menudo de tus clases y eso. Si fuera yo, abriría un blog con ese tema exclusivo.

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  12. Gracias por este blog tiene una tema muy buena me gusta mucho leerle excursiones en estambul

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