lunes, 5 de octubre de 2015

OTRA IMAGEN DEL ISLAM

Transcribo a continuación los últimos párrafos del librito El islam explicado a nuestros hijos (2002), del escritor marroquí Tahar Ben Jelloun. En sus 60 páginas, explica a su hija qué son la religión y la cultura islámicas, qué papel han desempeñado a lo largo de la historia y de dónde surge la confusión que hoy día reina sobre este tema. Ofrece una visión sencilla, apta para niños, aunque muy interesante de su religión, más auténtica, lejana de la idea que nos ha hecho concebir el inaceptable comportamiento de muchos musulmanes. Creo que este fragmento sintetiza bastante bien el contenido fundamental de la obra.

“-¡Bueno, creo que ya voy comprendiendo! Por un lado, está el islam y, por otro, los musulmanes. Hay unos que han entendido el mensaje del Profeta y hay otros que lo han entendido mal o hacen como si lo hubieran entendido pero quieren volver atrás. Pero, dime, ¿no se pueden cambiar las cosas en el islam?
  —Vivimos en una época moderna, así que queremos que el islam se adapte a esta vida moderna. Tienes razón. Los que han intentado cambiar las cosas en el sentido positivo, por ejemplo, mejorando la condición de la mujer, se han encontrado muchos obstáculos. En el islam, como en las demás religiones, hay cosas eternas y cosas pasajeras, es decir, válidas para una época, pero no para todas las épocas. Lo malo es que hay quien dice que todo es eterno y que nada debe cambiar. Otros dicen que se puede adaptar esta religión a los tiempos en que vivimos. Si ni siquiera se consigue que haya libertad en ciertos países musulmanes, ¿cómo quieres tocar la religión? Ya te dije el otro día que lo más importante, lo más urgente, es separar la religión de la política. Mientras los que gobiernan se apoyen en la religión, seguiremos teniendo problemas y enfermedades como el fanatismo y sus consecuencias, es decir, el terrorismo y la ignorancia.
  —No entiendo.
  —Como las demás religiones, el islam no es muy favorable a que la mujer sea igual que el hombre. La considera inferior respecto al hombre aunque se le conceden algunos derechos. Hoy, las sociedades musulmanas sienten la necesidad de evolucionar. Se olvida que Jadicha, la primera esposa del Profeta, era una mujer de negocios, una comerciante que hacía un trabajo de hombres. Se podrían referir a su situación, a su función, para reformar la condición de la mujer actual. El islam no prohíbe las leyes que conceden derechos a las mujeres, pero los hombres temen establecer una igualdad entre las mujeres y ellos. Túnez ha sido el único país que ha cambiado las leyes para que la mujer pueda defenderse. En Arabia Saudí la mujer ni siquiera tiene derecho a conducir un automóvil. En cuanto a las mujeres de Afganistán, han padecido la ley más bárbara que existe, la de los talibanes. Son unos individuos que no han entendido nada del islam y lo han desfigurado hasta el extremo de que toda la comunidad musulmana ha sufrido por ello y sigue sufriendo. Destruyeron las estatuas budistas que databan de hace varios siglos y que pertenecen al patrimonio de la civilización universal que dar a los escolares todos los medios para que se hagan su propia opinión. Es muy importante dar libertad al niño para que no le influya tal o cual religión. En suma, se trata de un trabajo inmenso, pero hay que empezar ya. Y es lo que acabamos de hacer nosotros. Antes de terminar la conversación, os voy a dar una lista de algunas palabras, y tenéis que decirme qué tienen en común.”


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