lunes, 24 de enero de 2011

"LO QUE SÉ DE LOS HOMBRECILLOS"

          Una de las cinco o seis creencias que componen la base de mi modesta filosofía personal de la vida es esta: “Todo lo que es de una manera, puede ser de otra”. La cogí de un colega que andaba interesado hace tiempo en cambiar la enseñanza. Me gustó y la retuve, ampliando su campo de aplicación. Y me está sirviendo, unida a otra, complementaria, que también tomé de alguien que ahora no recuerdo: “Este mundo es sólo uno de los posibles”. Tampoco creo que fuese invención suya. Tres o cuatro frases más sostienen mi pensamiento. Otro día tendré ocasión de mostrar algunos ribetes más.
        
          Por tal inclinación mía a ver borrosos los límites entre lo posible y lo imposible, lo real y lo irreal, lo objetivo y lo subjetivo..., me gusta leer a Juan José Millás. Las dos últimas novelas, El mundo y Lo que sé de los hombrecillos abundan tanto en esa dirección, para mí inclinación natural, que en muchos momentos, mientras las estaba leyendo, o después, me imaginaba (creía) que me pertenecían como autor. De todos modos, no sólo la afinidad de enfoques existenciales, que me empuja a fundirme con Millás, a ser dos en uno, sino también la propia lectura, me hacen, en cierto modo, dueño del texto, tal como ocurre siempre en la comunicación literaria.

          El protagonista de Lo que sé de los hombrecillos (Barcelona, Seix Barral, 2010) resulta ser, así mismo, uno y dos a la vez. Es un catedrático jubilado, al que desde hace tiempo, desde que era niño, visitan unas miniaturas humanas, sin que haya averiguado por qué ni para qué, aunque puede comunicarse telepáticamente con ellas. Un día, los diminutos fabrican un hombrecillo idéntico físicamente al profesor. Es otro ser, pero también él mismo. Perciben los dos lo que está pensando, viendo, sintiendo, deseando… cada uno.

          Se trata de la conocida técnica de la creación de “otro yo”, del desdoble, muy conocida en la literatura y el cine, aunque no por eso agotada, según demuestra Millás. Unas veces es un trasunto positivo (“La Cenicienta”, por ejemplo) y otras, negativo (el doctor Jekyll y Mr. Hyde, entre otros muchos). Aquí le sirve al autor para plasmar la cruz y la cara de un personaje, las limitaciones que por esencia o por circunstancias sufre y, simultáneamente, su superación; la vida gris y la deslumbrante, las sombras y los gozos, etc.

          El arranque de la historia recuerda aquello que G. Rodari llamaba la “hipótesis fantástica”, o sea, “¿qué pasaría si…”? Millás supone que existen unos muñequitos humanos, que han acudido a casa del catedrático, por una especie de elección arbitraria, y que le han fabricado un doble, cuya existencia y la del original queda imbricada. A partir de ahí, el autor desarrolla un argumento, una intriga, que realmente atrapa al lector hasta el final. Sé que lo interesante en este tipo de relatos no es la figuración inicial, que casi sólo requiere un poco de imaginación, sino su aprovechamiento para desarrollar la situación y hacer una novela de calidad. Millás lo logra en esta y en otras obras suyas.

          Por eso, el lector disfruta. Y también porque contempla cómo un hombre mediocre, atrapado en una vida rutinaria, casi inútil, entra de pronto, sin pretenderlo ni pedirlo, ni tampoco esperarlo, en el más hermoso y extraordinario de los paraísos del disfrute, del deleite, donde se le ofrecen, casi sin contrapartida, como una recompensa inesperada, algunas de las mayores complacencias a las que puede aspirar un humano. Y todo, gracias a la duplicación sobrevenida.

          Mientras invito a todos los que gusten de este tipo de ficciones, de filosofía /psicología/antropología - ficción, a que lean la historia de los hombrecillos, espero ya con verdadero apetito la próxima ensoñación metafísico-literaria de J.J. Millás. Seguro que me mostrará otro mundo posible, donde se hagan realidad algunas de las cosas “imposibles” que siempre anhelé. Porque sigo, y aun me reafirmo, en la creencia de que todo lo que es de una manera, puede ser de otra , etc. 

9 comentarios:

  1. Pongo el libro en la pila de los "pendientes", y quiero leerlo ya, así que le coloco la etiqueta de "preferente"...

    Soy de las que tampoco veo claro los límites entre la ficción y la realidad y de las que, fervientemente, cree que los "imposibles" son sólo etapas transitorias, hasta convertirse en "posibles".

    Lo del desdoblar el yo, es algo que siempre me gustó, creo que, no sólo en novelas, todos tenemos un "alter ego", "otro yo", que llevamos por ahí escondido y que, de vez en cuando, sale a divertirse...

    Me has hecho caer en la tentación de leer este libro, así que objetivo conseguido..

    Gracias por tan buena entrada y bsos

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  2. Da la impresión que el comentario te lo ha encargado la editorial, dudo que otro lo hubiese hecho mejor. Me ha gustado mucho la reseña y ya no me queda más remedio que leerlo. Eso del desdoble -lo que somos y lo que a veces imaginamos ser- es un tema mucho juego.
    Un abrazo, amigo.

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  3. Gracias, Minuet y Antorelo. Os advierto que esta novela de Millás casi va dirigida a los que, como a mí, les guste mucho mucho su "mundo literario". Creo que a los demás tal vez no les diga tanto tanto. Dicho queda, para curarme en salud. Jeje. Saludos.

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  4. Se agradece la advertencia. Ja,ja,ja...
    Saludos

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  5. Vivo atrapado en mi propia ficción. Mi mundo esta continuamente cambiando, quizás para mi sería mucho más sencillo y amable vivir en un mundo menos sobresaltado.

    Un abrazo,

    Rato Raro

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  6. Digo, digo, Rato. Mmmm, no te -ni a ti ni a nadie- vendría nada mal un hombrecillo como el que le hicieron al Millás ficticio. Saludos, mientras espero que hagas otra de las tuyas. Jeje.

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  7. Por tu descripción parece bastante interesante el libro, al menos hace pensar, así que haré como Minuet y también me lo apunto. ¡Un saludo!

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  8. Mira, Diana, te "copio y pego" lo que les dije a Minuet y otros: "Os advierto que esta novela de Millás casi va dirigida a los que, como a mí, les guste mucho mucho su "mundo literario". Creo que a los demás tal vez no les diga tanto tanto. Dicho queda, para curarme en salud.". Jeje. Gracias por entrar, leer y bla bla bla. Saludos.

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  9. Gracias por este blog tiene una tema muy buena me gusta mucho leerle excursiones en estambul

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