domingo, 19 de diciembre de 2010

ÚLTIMA ORTOGRAFÍA

          Está próxima a aparecer, como libro, la última reforma de la ortografía del español, fruto por primera vez en la historia del acuerdo entre las veintitantas academias que “fijan, limpian y dan esplendor” a nuestra lengua en el mundo. Como hecho curioso, coincide con el cambio en la dirección de la RAE, a la que llega el catedrático catalán, de origen aragonés, José Manuel Blecua.
          Aún no conoce el gran público el contenido completo de las modificaciones introducidas con respecto a la renovación realizada no hace mucho, poco más de dos años. De todos modos, se sabe que, a diferencia de este, el reciente código ortográfico ha sido fruto, como digo, de un acuerdo unánime de todas las academias hispanas, que se materializó el 28 del mes pasado en Guadalajara, México.
          En tal situación, no me atrevo a valorar con detalle los cambios, los cuales parece que no pasarán de meras sustituciones y eliminaciones de carácter secundario: se dirá “ye” en vez de “i griega”, la “ch” y la “ll” dejarán de ser letras únicas para convertirse en la unión de “c” y “h”, y dos eles, se suprimirá la tilde en palabras como “guion”, truhan”, etc., para evitar contradecir la regla de acentuación de los monosílabos… , y cosas así. O sea, que lo esencial, tanto de la ortografía de las palabras, como de la ortografía de la tilde, sigue intacto.
          He leído algunos comentarios rápidos de prensa y ya se empiezan a observar ciertas tendencias: una mayoría bastante clara opina que no era necesario ninguna alteración (no sé si se sobreentiende “como estas”), mientras que la minoría está de acuerdo con la transformación e incluso a una parte le parece muy parca.
          Sinceramente, a mí también me lo parece. Y digo más: se ha perdido una nueva oportunidad para entrar a fondo en la cuestión, que no es baladí. Pero los prejuicios operan aún con enorme fuerza, el peso de la tradición es insalvable, los académicos solo miran hacia atrás…, o yo no sé qué es lo que pasa. El caso es que aquella reacción al discurso de G. García Márquez en el Congreso Internacional de la Lengua Española de Zacatecas (1997), donde proponía algunos leves cambios, está aún vigente. En una encuesta del periódico “El País”, que recoge la postura de los españoles en relación con la reforma que está a punto de publicarse, más del 50% está en contra de introducir modificación alguna. Lástima que no se complete este sondeo con la indagación de las razones que fundamentan las posturas. Modestamente, me atrevo a aventurar que no hay otra que la tan socorrida, cuando no existen motivos de peso, de “porque siempre ha sido así ”. En un mensaje de “Facebook” se lee lo siguiente: “Con la de horas que pasamos en nuestra infancia aprendiendo las normas ortográficas, para que ahora nos las cambien. Cuando vengan nuestros hijos pidiendo ayuda en los deberes, ¿cómo lo haremos?” Otros hablan, como algunos prebostes del academicismo argüían en Zacatecas, del aspecto tan espantoso que tendrían los textos clásicos con la ortografía alterada. Total, no hay argumentos (serios).
          Ante esta cuestión, y debido al sesgo profesional, mi enfoque siempre parte de la perspectiva de la enseñanza (que es minoritario, parece): no tiene ya justificación ocupar (perder, me atrevo a decir) tanto tiempo y esfuerzo en el intento, casi siempre baldío, de que los niños aprendan y apliquen la ortografía correcta o, como suele decirse, que no saquen faltas de ortografía. ¡Una verdadera tortura para todos, incluido el maestro! No me sirve el contraargumento de que muchos alumnos, los buenos, no tienen problema y de que, por lo tanto, la culpa no es de la materia por aprender, sino del aprendiz, que no ejerce. Tampoco proviene enteramente del método, porque ninguno de los miles que se han ideado y puesto en práctica, dan gran resultado.
          Desde mi óptica, se impone, pues, acometer una simplificación de la ortografía, aunque solo sea por motivos didácticos, que no es poca razón; una simplificación algo más decidida que las realizadas.



          Existen propuestas individuales de diverso origen, finalidad y calado, que la Academia nunca ha tomado en consideración. Por no extenderme demasiado, creo que son poco apropiadas las que se consideran más extremas o radicales, puesto que la ortografía es el rostro del idioma, en su versión escrita, y no convienen intervenciones quirúrgicas demasiado atrevidas. Nadie niega que los escollos más importantes para los alumnos son los casos de dobles o triples grafías para un único sonido: “V/B”, “G/J”, “G/”GU”, “C/Z”, “C/QU/K”, “LL/Y”, “I/Y”, “RR/R”. También, la presencia de la “H”, letra a la que podemos llamar muda. La aplicación de las reglas de acentuación, por su parte, no es menos problemática. En esos puntos centraría yo la reforma, que concluiría en lo siguiente:

     1. Mantener el empleo actual de la letra “B” y extender su uso a las palabras que ahora incluyen “V” (que, por historia, anda más cerca de la “U”): “cantaba”, “bida”, “bruja”, “blando”, etc.

     2. Asignar el sonido “gue” a la letra “G” y el sonido “ge” o “je” a la letra “J” (al estilo de Juan Ramón Jiménez), y eliminar el dígrafo “GU”: “Juanjo”, “gerra”, “Jerardo”, etc.

     3. Mantener la pareja “C/Z” para el sonido “ce”, como dice la norma en vigor, así como también la tríada “C/K/QU”, con idéntico sonido gutural oclusivo sordo.

     4. Hacer desaparecer la grafía “LL” a favor de “Y”: “ayer”, “yubia”, reyano”, etc.

     5. Escribir solo con “I” (latina) el sonido “i”: “amigo”, “lei” (a pesar del plural “leyes”), etc.

     6. Para el sonido "rr", mantener el doblete “RR/R” casi con los usos en vigor: “R” al comienzo de palabra y “RR” en el interior siempre, incluso en algunos de los casos en que ahora se emplea “R”: “raro”, “Isrrael”, “bretón”, etc.

     7. Colocación de tilde en la sílaba tónica de todas las palabras polisílabas: “mésa”, “retén”, “sostenér”, etc. Así se evitaría entrar en pormenores de teoría prosódica, que los niños no entienden y los mayores olvidan.

     8. Supresión de la “H”, excepto en el caso de “CH” para el sonido “che”.

          En mi modesta opinión, estos cambios   -a los que pronto se habituaría nuestra práctica lectoescritora-  aligerarían bastante la labor de los maestros y la harían más eficaz, y quedarían más horas y fuerzas para el aprendizaje de otros aspectos de la escritura, más jugosos y sustanciales. No se quiere decir que desaparecerían todas las dificultades: seguiría habiendo problemas no solo con los dobletes y tríos que propongo permanezcan, sobre todo con “S/C/Z” (“sala”, “cerebro”, “zurdo”) en la zona dialectal andaluza (con excepciones) y canaria, así como en toda América hispana. Quizás llegue un día en que estas tres letras se reduzcan a una sola, la “S”, tal como sucede con la pronunciación en la inmensa mayor parte del dominio hispanoparlante; pero creo que aún es pronto para dar ese paso hacia el seseo gráfico. Ya he dicho que se necesita ser prudente. En Andalucía, están además las cacografías originadas dialectalmente, como en las palabras con consonantes implosivas  (“suSto”, “aCto”, “deSpuéS”, “coLmo”, “comeR”…), que sufren mutaciones o desaparecen. Y en todas partes seguiría jugando a la contra el género chatero y de "sms".
          Pero, claro, en un ámbito tan amplio como el del español, donde cohabitan tantas variedades, el código ortográfico de raíz fonética “perfecto”, sin incoherencias ni disfunciones gráfico-prosódicas, es una aspiración inútil. Nos hemos de conformar con que tenga pocas y que sea viable en la escritura y en la enseñanza.

11 comentarios:

  1. Yo pienso que es necesario introducir cambios a nivel ortográfico porque el lenguaje al igual que el resto de las demás cosas deben adaptarse al tiempo en el que vivimos. Es normal por otra parte el miedo a los cambios, ¿Quién es el guapo que no se asusta ante un cambio de trabajo?

    Sobre las medidas que tu propones, estoy de acuerdo con todas ellas a excepción de la "6",QUIERO SEGUIR SIENDO RATO RARO Y NO RATO RARRO.

    Un abrazo y Feliz navidad amigo,

    RATO RARO

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  2. Gracias por tu interés en mi personal reforma ortográfica, que tiene el mérito de deberse a un español no elegido como académico aún. Jeje. Mira, Rato, tú nunca serás "rarro", sino como ahora, "raro". Creo que mi regla no estaba muy clara y ya la he mejorado. Dice que se use "rr" en el interior de palabra PARA EL SONIDO "RR", NO PARA EL SIMPLE "R". Precisamente puse el ejemplo "raro" en tu honor, como el torero que brinda un morlaco a un amigo diciendo, montera en mano, eso de "¡Va por tiiii!" y bla bla bla. Saludos.

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  3. Gracias por devolverme mi identidad, ¡estaba preocupado!

    Perdona mi ignorancia y gracias por el brindis.

    Un abrazo,

    Rato

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  4. Enjundioso tema, amigo jaramos.g, que tratas con habilidad, sensatez y maestría.
    Me tomo la libertad (a sabiendas que de eso aquí no falta) para dejarte el enlace a una entrada y un blog, de un querido compañero y amigo, que te gustará. Estoy seguro.

    http://kircherlandscape.blogspot.com/2010/11/epitafio-discreto-para-la-i-griega.html

    ¡FELIZ NAVIDAD!

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  5. Gracias, amigo Doña, por la lectura y los elogios, tan inmerecidos como alimenticios. También, por la página que me aconsejas, que ya he leído: es excelente, con esa interesante y completísima exposición acerca de la "i griega", sobre la que lo desconocía yo prácticamente todo. Es este uno de los muchos momentos en los que me alegro andar correteando por el increíble universo de los blogs. Saludos.

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  6. Espinoso tema...
    Mis hijos cometen faltas de ortografía por varios motivos:
    - Mezclan catalán y castellano.
    - No se esfuerzan en el estudio.
    - Hablan mal, luego escriben mal.
    - Chatean y mandan sms...sin comentarios.
    - Etc,...
    Siglo XXI. Las normas las imponen personas de 60 años (media). Están alejados de la realidad juvenil. No creo que ni tan siquiera vayan en metro alguna vez...
    No tienen ni idea de como se habla en España ya.
    Nuevo código ortográfico...buff!
    Buen post amigo, pero me caliento!

    Salu2

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  7. Gracias por entrar, leer, comentar... y elogiar. Jeje. En cuanto a esa preocupación por la escritura de los que serán herederos/as de tus deudas, te escribo un par de cosas en un correo. Saludos, amigo Toni.

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  8. Totalmente de acuerdo contigo. Los cambios introducidos no son tales cambios, sino ajustes de unas normas que ya estaban implantadas. Los cambios que tú propones, aunque muy razonables y coherentes, serían rechazados de plano por las mismas razones que tu aduces. Detrás de cada cambio -que no es tal- yo veo un buen negocio, me explico: las normas que publicó la Academia en 1959 se recogían en 47 páginas; las de 1999,
    en 164; las de 2005 (Panhispánico de dudas) en 833; la nuena en 800 (39,90 euros).
    Negocio, amigo, negocio.
    Un abrazo

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  9. En ese plan, una vez vista la ganancia, vamos a tener normas todos los años, aunque sean cuatro tonterías. Mi propuesta, como cualquier otra parecida (que las hay) es como un bonito sueño que se esfuma al despertar. Ja ja. Gracias, Antorelo.

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  10. A mí me han encantado los cambios ortográficos. Incluso el de la "y griega" por "yé". Es más, opino que a la "equis" debería llamársele "xé". La gente, en general (y muy visiblemente en las redes sociales) no ha aceptado esos cambios. Supongo que "lo guay" es no dedicar ni un momento a considerar las cosas.

    Aprovecho para devolverte el saludo. ¡Feliz Nabidad! Digooo... ¡NAVIDAD!

    Un abrazo antequerano y no dejes de mostrar tu opinión por aquí.


    OLI I7O

    (Soy Oli, que tengo problemas para validarme en esta plantilla)

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  11. Acabo de leer tu post maestro y ¡me ha encantado! Además ahora tengo toda una asignatura dedicada a esto así que sé algo del tema o al menos es lo que intenta la profesora (que he de confesar estaría encantada con tu reforma puesto que ella misma propone algo similar :D ) Ella dice que la culpa de tantas faltas en el fondo es por el desajuste entre el sistema escrito y el habla; aunque no deja libres a los alumnos, que como siempre deberíamos aplicarnos mucho más, ¡cómo no! jajjaja
    Pues eso, que me ha gustado mucho el post y me alegra ver que sigues enseñando aunque sea via internet.

    Un saludo y espero que hayas pasado una buena Navidad con tu familia.

    por cierto soy Chelo :)

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