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Parecía una excepción, un hecho pasajero, que al día siguiente se esfumaría por el éter. Me refiero a la creación de la Orden Militar y Hospitalaria que tuvo lugar en mi pueblo hace un par de semanas y de la que me hice eco, cómo no, en mi post anterior. Creía que sería como el veloz paso de un insecto, como un recuerdo repentino y fugaz del pasado, bien sepultado en el catafalco de la historia.
Pero no. ¡Qué va, qué va! Obró como la mordida del vampiro (qué apopiapo símil, evocación de tenebrosos siglos, castillos y personajes), que propaga la hormona draculina en progresión geométrica.
Según leo en "La Crónica", periódico local, de donde también procede la foto (29-IX al 1-X), en el cercano pueblo de Teba tienen lugar todos los años unas fiestas, que llaman “Dougla’s Day”. Se conmemora la reconquista del castillo local por las tropas de Alfonso XI, en el siglo XIV. “A lo largo de dos días, se celebraron diversas actividades culturales, lúdicas y festivas, con una destacada participación de la comunidad británica de la Costa del Sol y Gibraltar, así como con la asistencia del presidente de la Diputación, Salvador Pendón, y el alcalde de Teba, Juan Anaya. Durante el acto en el castillo, se procedió a la investidura de caballeros templarios de la SKT-SMOTJ en el patio de armas de la fortaleza. Se trata de una antigua orden templaria que, aunque en el resto de Europa desapareció en 1314, en Escocia se ha mantenido hasta nuestros días”. Se ha elegido esta localidad “por ser el lugar en el que, en 1330, un grupo de templarios escoceses, comandados por Sir James Douglas, dieron sus vidas formando parte del ejército cristiano de Alfonso XI”.
En el acto, “tal y como se ha hecho desde el siglo XII, los aspirantes, tras una noche de vigilia y meditación, se comprometen con la fe y los ideales cristianos y juran defender los valores de justicia, igualdad, solidaridad y fraternidad, y reciben un ‘espaldarazo’ simbólico, mediante el cual son admitidos en la orden y adquieren el rango de caballero o caballera (moderna denominación de la antigua dama)”. Al parecer, es el primer acto de investidura de la rama española de la orden, denominada “Gran Priorato de San Miguel”.
Así que ya sabemos dónde, cómo y cuándo se está empezando a volver a las raíces de nuestra historia espiritual. ¿Movidos por la estética del ritual religioso-militar, por la satisfacción o presunción de lucir galas ancestrales, armas atrabiliarias, liturgias y cargos más rancios que un mantecado en Semana Santa? ¿Incitados por un ardor guerrero y místico a la vez, para lanzarse a restablecer valientemente la fe en un mundo tan descreído? No lo sé. En cualquiera de los dos casos, es una chorrada.
Estaré atento a ver dónde germina el siguiente brote. Aunque ya me impresionará menos.
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domingo, 26 de septiembre de 2010
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Entré para dar las gracias por tu interesante comentario en "Tiempo para la Memoria". Pero he tenido que quedarme un rato, entusiasmado por lo que he encontrado aquí. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias, y un cordial saludo.
Es normal amigo que los ciudadanos españoles conmemoren con alegría y orgullo cualquier gesta pasada.
ResponderEliminarNo tenemos muchos motivos para salir a las calles bandera en mano (salvo por el fútbol), en estos grises siglos XX y XXI.
Nuestras victorias se cuentan con los dedos de media mano...pero nuestras derrotas...nos han estigmatizado durante muchas décadas.
Deja que se divierta la plebe disfrazada de caballero.
Es un mal menor en los tiempos que corren...
Salu2
Por anacrónico y antigualla que parezca la cosa va con los tiempos. Tiempos de evasiones, jolgorios de disfraces, proclamas solemnes que no dicen nada y vestimentas que camuflan las miserias de cada día. Forma parte de esa recuperación artificiosa del Medievo, época sórdida, de sangre, miserias y pestes, de guerras larguisimas y de fanatismos sin cuento. Una época que ahora se recupera a través de gestas que fueron mucho menos de lo que ahora se trata de propalar. La cuestión es figurar en el mapa, como sea y a costa de lo que sea. Que se hable del pueblo y de sus tradiciones, en las que se refugian las buenas gentes a falta de otro clavo de ilusión en el que asirse. Pero, ay, una brizna de modernidad ampara los saraos: financiados con dinero público, hacen honor a las políticas de igualdad pretendidas, lo que enaltece la figura de la "caballera", elevando a la mujer de la Edad Media al rango de comparsa de lo que el hombre face a fuer de valeroso reconocido.
ResponderEliminarHola, hacia un tiempito que no pasaba a visitarte y ahora me estoy poniendo al dia.
ResponderEliminarSiempre salgo gratamente sorprendida de tu blog, tus aportes o puntos de vista son muy interesantes.
Saludos.
¡Las cosas que pasan por estos lares! ¿Verdad, Fco. Doña, Fernando, Toni, Claudia. Gracias por entrar, leer y comentar. Y también a los que sólo leen, jeje. El día en que vuelvan al "Ancien Regime" (si no lo han hecho ya sin que nos demos cuenta), será ya la repanocha. Saludos, amigas y amigos.
ResponderEliminarHola.¿ Uds tendrian valor a criticar aqui abiertamente las reuniones de La Masoneria, Iglesia de Satán, El toro, El Proceso, La Mano Negra, Hermanos del Halo de Belcebú o Testigos de Lilith, así con la misma burla y desprecio que hablan de estas personas? gracias.
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