viernes, 17 de septiembre de 2010

EDAD MEDIA REDIVIVA

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Dedicado a A.R. C. , autor del extraordinario blog “Punto de vista”


Voy a dar fe, porque lo he visto con mis propios ojos, de algo increíble, fruto de la paranoia de algunos, que llega hasta eso, hasta hacer realidad lo que uno nunca se imaginaría realizable. Ustedes los lectores también lo verán a través del objetivo de mi cámara acompañante.

Celebramos por estas fechas en mi pueblo un singular cumpleaños, que en no muchos sitios festejan: hace 600 años que las tropas del Infante don Fernando llevaron a cabo la reconquista del lugar a los moros. Fue un hecho tan celebrado en la época, que al nombre del caballero quedó unido el de la villa en la nómina áurea de los reyes de España: Infante Don Fernando “el de Antequera”. Por cierto, yo siempre había oído y leído nombrar semejante hazaña con el vocablo “toma”, desde que cayó en mis manos el conocido romance de “La toma de Antequera”. En todo caso, se debería articular en el marco general de la Reconquista. Sin embargo, ahora, en los discursos y escritos que están sirviendo de alfombra, palio y trono verbal al centenario, se da en llamar “recristianización” o, en boca de los más descreídos, “incorporación a la Corona de Castilla”. Cualquier cosa, menos el término “reconquista”, que rechina en los oídos hiperpacifistas de los que enmascaran hoy toda guerra con el disfraz de “ayuda humanitaria” y cosas así. Véase la de Afganistán. No evitan la guerra, sino que la tapan con vistosos oropeles lingüísticos.

Bueno, esto es una anécdota. Lo gordo viene a continuación. Resulta que, en pos de la rememoración del remoto y portentoso acontecimiento, algunos parece que han sido abducidos al pasado, para resucitar el Medievo. Seguramente, la portentosa herencia monumental del pueblo y su gloriosa historia han servido de apoyo escenográfico y abono parapsicológico de tal alucinación. Están como transportados a aquel mundo caballeresco, donde los señores cristianos luchaban por defender la fe (o sea, el poder), por mantener sus dominios (incrementándolos, pues el ataque es la mejor defensa), por proteger a los débiles (sin sacarlos de su estado), por derrotar al enemigo, que entonces, en España, era la intrusa morería.

Y, una vez así, ¿qué se les ha ocurrido hacer a estos paisanos míos? Nada más y nada menos que esto: fundar una orden militar. En el siglo XXI, que es donde vivimos los demás, un grupo de militares o asimilados han creado una institución propia de los siglos XII o XIII… ¡Una orden militar! Como las de Santiago, Calatrava, Alcántara, etc. La han denominado “Orden militar y hospitalaria del Infante D. Fernando y Santa Eufemia” (esta santa, patrona de la ciudad, lo es por estar envuelta también, aunque indirectamente, en la expulsión de los musulmanes).



En cuanto me enteré de que iba a ocurrir una cosa así y me repuse de la noticia, me apresté a asistir al acto, consciente de que es de esos que solo suceden una vez en la vida. Allí vi a los pretendientes al rango de caballeros, al pie del altar, ser bendecidos por la Iglesia, a través de dos oficiantes que, por cierto, vestían un hábito muy acorde con la situación: el de la orden trinitaria; ya saben, sayal y escapulario blancos, cruz azul y roja en el pecho. Allí vi desfiles, ofrendas al Infante reconquistador, himnos… Allí vi cómo subieron los aspirantes y todo el acompañamiento al castillo árabe (al que nosotros, más a lo Sancho Panza, llamamos de “Papabellotas”), para firmar el acta de constitución (en el interior de la Torre del Homenaje) y ser consagrados o armados o exaltados a la dignidad de honorables miembros de la “Orden militar y hospitalaria…”, empezando por el elegido como Gran Maestre (¡), en el Patio de Armas de la misma alcazaba. Allí vi santificar las espadas y las capas, y entregarlas y lucirlas… con exultante firmeza y desparpajo. Allí vi a los oradores sagrados apadrinar la generosa y noble iniciativa, y retorcer el lenguaje para quitarle hierro a la entrega, tenencia y uso de las tizonas, por ejemplo, convertidas en metáfora, en símbolo…, yo qué sé de qué. También, vi allí a las autoridades civiles, a través del señor alcalde, que, una vez depositados en la antesala fardos ideológicos, se explayó como suele en la plática conclusiva de la ceremonia religioso-castrense. Allí vi, en fin, todo lo que ustedes ya se pueden figurar.

Lo que no vi fue la cena medieval que se sirvió a continuación, a los pies del castillo, en el recinto de la fortaleza, en la plaza que se denomina “de los Escribanos”. Me ausenté antes de que comenzara, nunca me han gustado los usos tan poco refinados de los caballeros medievales en la mesa. Como tampoco me agrada la forma que tenían de defender la fe, blandiendo el concepto de “guerra santa”, que tanto criticamos en otras religiones los que aún vivimos en el siglo XXI, e invocando a Santiago Matamoros, etc.

Yo no sé a qué se dedicarán estos trasnochados caballeros hospitalarios y militares a partir del ínclito día, anacrónicos cinco siglos más que Don Quijote. No sé en qué lucha se empeñarán o qué guerrita instigarán, o a qué hospitales o servicios de salud entregarán algo de su erario colectivo, que sospecho escaso. Tampoco sé qué otra huella dejarán en la población que los ha visto nacer. Me temo que muy poca gente los conoce y conocerá. Quizás tan solo se verán en tal o cual acto religioso o civil, como militares de capa y espada (igual que la comedia lopesca), intentando, fatuos, presumir de… no se sabrá qué. Quienes asistieran como yo al rito fundacional del otro día, a esa charlotada medievaloide, o estén al tanto del asunto, tal vez se avergüencen o escandalicen, al verlos, de tamaña irrisión en un pueblo serio como es este.

Yo me limito a pedir que el nuevo consorcio político-religioso-militar deje ya las fantasías y la añoranza de los tiempos heroicos y no le dé por alumbrar nuevos (y viejos) engendros. Porque quién sabe si no les están ya ronroneando en los oídos las cadenas de la Santa Inquisición y les está iluminando el rostro el cálido fulgor de las hogueras, de la llama otra vez prendida. No, por favor, no.

Ya termino. Por varias razones no quiero airear mucho la noticia de que tenemos aquí una santa hermandad militar y hospitalaria, acerado azote del descreimiento y el pecado, y bla bla bla. No quiero, más que nada, por un motivo: como se enteren de todo esto en los chiringuitos de Al-Qaeda, no muy distantes quizás y siempre con el oído puesto, “aviaos” estamos los de mi pueblo y sus contornos.

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Una información de corte más periodístico se halla en estos dos textos:
http://www.elsoldeantequera.com/cultura-y-festejos/135-cultura/2124-antequera-volvera-al-medievo-con-la-creacion-de-la-orden-del-infante-don-fernando.html
http://www.ymalaga.com/somos+101/antequera-se-reencuentra-con-el-siglo-xv.49092.html
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8 comentarios:

  1. Acojonante, la verdad. Una prueba fehaciente de los tiempos que corren. Tiempos de involución, de identidades reaccionarias, de posturas excluyentes, de ombligos acalorados y de tradiciones justificadas de forma irracional. Pero, junto a eso, no hay que olvidar que son tiempos también de escenografías artificiosas, de decorados de cartón piedra y uniformes impregnados de naftalina que se sacan a la calle como reclamo de la llamada "industria turística", que traga con todo y que entiende la historia como un parque temático. No hay que darle más vueltas. Se trata de que hablen de uno, del pueblo, de sus gestas, de sus caciques, de sus alcaldes, de sus concejales de turismo y de sus vírgenes. Todo a mayor gloria del visitante que deja la pasta, habla del pueblo, prueba el cazón en adobo... y a otra cosa mariposa. En tiempos de crisis, refugiarse en la fantasmagoría siempre ha molado un huevo.

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  2. Tómalo como algo lúdico-festivo...
    Disfrazarse,portar armas y escudos...
    Los españoles somos de la chirigota y la farándula...por los siglos de los siglos...amén!

    Salu2

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  3. Interesante la noticia que nos proporcionas. Sólo sé del asunto lo que tú nos has narrado pero creo yo, quizá con demasiada malicia, que no es casualidad que coincida la creación de esta orden militar de pacotilla que resucita un enfrentamiento, por cierto, manipulado y tergiversado como pocos, con la inquietud creciente por la inmigración, en particular musulmana. El tiempo dirá, pero, o mucho me equivoco, o pronto los veréis protagonizar algún episodio o declaración xenófoba. Hay infantilismo, ignorancia y ese gusto por la farándula de que hablan los comentarios, pero no todo es inocente.

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  4. Esas fiestas están para disfrutarlas!!!

    Un abrazo,

    Rato

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  5. Amigo Jaramos, no me había percatado de la dedicatoria de este post. Te agradezco el detalle y la valoración, a todas luces exagerada, que haces de mi blog. Un fuerte abrazo

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  6. ¡Los he visto!
    Los he visto en el hogar de transeuntes ayudando a los que llegan.
    Los he visto colaborando con grupos que se dedican a ayudar a los más desfavorecidos.
    Los he visto participando en las manifestaciones por los derechos humanos.

    Pero me parece que ha sido en sueños.

    Sigue habiendo demasiada afición al oropel, al gesto gratuito y no comprometido.
    Todo huele a opereta y a orden "de la señorita Pepis".

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  7. Además de la crisis económica, desde hace tiempo estamos sumidos en otra aún peor: crisis de valores. Esta, entre otras cosas, trae como consecuencia la pérdida del espíritu crítico. Al faltar este, todas estas adquieren una dimensión importante.
    Saludos

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  8. Hola: no se qué edad tiene ud pero me imagino que no mucha. No se preocupe por Al Qaeda o Estado Islámico, que ya llevan unos años asesinando gente sin motivo en Egipto: quema y crucifican cristianos. En Egipto también; sacan féretros de cristianos y los tratan como si fueran escoria...en Afghanistán; palizas y buenas hostias a los que digan leer La Biblia. Quizá ud sea uno de los muchos españoles ateos, carentes del menor interés por lo que huela a historia, compromiso con un ideal y dignidad, conozco muchos como ud, no pasa nada, ud seria sólo uno más, pero al menos podria respetar y tratar con algo más de educación a quienes no piensan como ud, porque (si es que ha estudiado Bachiller, yo tb) España siempre ha sido un pais de dos caras: terratenientes y proletarios, vasallos y señores y nunca va a cambiar. Si cree ud o quienes piensan como ud que las cosas pueden imponerse por chillar o insultar... mal vamos. ¡Aprenda a vivir, hombre, con ideas distintas a la suya! no insulte, no desprecie, no ofenda ni se ria de quien no conoce ud ni de lejos.
    Estas personas van a lo suyo. Sus actos no se los paga nadie, cada uno se paga su gasto al completo. Lo que ud haya podido ver NO LO PAGA EL AYUNTAMIENTO. Es una asociación y cada quien se sufraga sus gastos.
    En España hay 20 sectas satánicas que seguro que le gustan a ud mucho más y esas sí que les tiene que conceder el Estado un local para reuniones si no lo tienen, pagado con mis impuestos que soy creyente.
    Cuando ud pasó cerca de ese acto de esta Orden, ¿le hicieron algo esos señores?... ¿le insultaron? ¿le pidieron dinero?, ¿le obligaron a ingresar? HAGA SU VIDA, HOMBRE Y DEJE VIVIR.
    Como dice un amigo mio artista marcial: "RESPETA Y SERÁS RESPETADO".
    Estas son personas que trabajan, pagan impuestos, la mayoría son policias, militares, empresarios pero también hay parados, jubilados...
    Se comprometen con un ideal caballeresco...¿sabe ud lo que es eso? no, no lo sabe. Ni le interesa saberlo por lo que veo.
    Esas personas que ud desprecia como si fueran basura creen en el patriotismo, defender la tierra donde se ha nacido. Honor: vivir la vida con dignidad y compromiso frente a la pereza. Fe en un poder superior no de este mundo.
    Desgraciadamente la enseñanza secundaria en este pais llena las mentes de los jóvenes con ideas de perturbados como Nitzche, Kant, Lenin y otros sujetos que acabaron sus dias con trastorno mental y llenos de amargura y zozobra.
    Ud desprecia a quienes invocan unos ideales superiores porque no los comprende. Díga si puede: 3 ideales que a ud se le ocurra que son mucho mejores que los 3 que yo acabo de describirle aqui. Y no olvide cuando lo haga, que los socios de ese colectivo, aportan dinero para enviarlo a fines solidarios con el 3º Mundo.
    Lea algo más de quienes no sabe ni sus nombres antes de ensuciar sus vidas con sus desprecios malsonantes.

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