Transcribo a continuación los últimos párrafos del librito El islam explicado a nuestros hijos
(2002), del escritor marroquí Tahar Ben Jelloun. En sus 60 páginas, explica a
su hija qué son la religión y la cultura islámicas, qué papel han desempeñado a
lo largo de la historia y de dónde surge la confusión que hoy día reina sobre
este tema. Ofrece una visión sencilla, apta para niños, aunque muy interesante
de su religión, más auténtica, lejana de la idea que nos ha hecho concebir el inaceptable
comportamiento de muchos musulmanes. Creo que este fragmento sintetiza bastante bien el contenido fundamental de la obra.
“-¡Bueno, creo que ya voy comprendiendo! Por un lado, está
el islam y, por otro, los musulmanes. Hay unos que han entendido el mensaje del
Profeta y hay otros que lo han entendido mal o hacen como si lo hubieran
entendido pero quieren volver atrás. Pero, dime, ¿no se pueden cambiar las
cosas en el islam?
—Vivimos en una
época moderna, así que queremos que el islam se adapte a esta vida moderna.
Tienes razón. Los que han intentado cambiar las cosas en el sentido positivo,
por ejemplo, mejorando la condición de la mujer, se han encontrado muchos
obstáculos. En el islam, como en las demás religiones, hay cosas eternas y
cosas pasajeras, es decir, válidas para una época, pero no para todas las
épocas. Lo malo es que hay quien dice que todo es eterno y que nada debe
cambiar. Otros dicen que se puede adaptar esta religión a los tiempos en que
vivimos. Si ni siquiera se consigue que haya libertad en ciertos países musulmanes,
¿cómo quieres tocar la religión? Ya te dije el otro día que lo más importante,
lo más urgente, es separar la religión de la política. Mientras los que
gobiernan se apoyen en la religión, seguiremos teniendo problemas y
enfermedades como el fanatismo y sus consecuencias, es decir, el terrorismo y
la ignorancia.
—No entiendo.
—Como las demás
religiones, el islam no es muy favorable a que la mujer sea igual que el
hombre. La considera inferior respecto al hombre aunque se le conceden algunos derechos.
Hoy, las sociedades musulmanas sienten la necesidad de evolucionar. Se olvida
que Jadicha, la primera esposa del Profeta, era una mujer de negocios, una
comerciante que hacía un trabajo de hombres. Se podrían referir a su situación,
a su función, para reformar la condición de la mujer actual. El islam no
prohíbe las leyes que conceden derechos a las mujeres, pero los hombres temen
establecer una igualdad entre las mujeres y ellos. Túnez ha sido el único país
que ha cambiado las leyes para que la mujer pueda defenderse. En Arabia Saudí
la mujer ni siquiera tiene derecho a conducir un automóvil. En cuanto a las
mujeres de Afganistán, han padecido la ley más bárbara que existe, la de los
talibanes. Son unos individuos que no han entendido nada del islam y lo han
desfigurado hasta el extremo de que toda la comunidad musulmana ha sufrido por
ello y sigue sufriendo. Destruyeron las estatuas budistas que databan de hace
varios siglos y que pertenecen al patrimonio de la civilización universal que
dar a los escolares todos los medios para que se hagan su propia opinión. Es
muy importante dar libertad al niño para que no le influya tal o cual religión.
En suma, se trata de un trabajo inmenso, pero hay que empezar ya. Y es lo que
acabamos de hacer nosotros. Antes de terminar la conversación, os voy a dar una
lista de algunas palabras, y tenéis que decirme qué tienen en común.”
Hola amigo, mi humilde opinión llega dada por la cultura adquirida...y la experiencia vital: religión es igual a muerte.
ResponderEliminarSiento ser tan breve, pero explicar y argumentar tal afirmación me llevaría, como mínimo, el mismo tiempo que ya he vivido.
Un abrazo...
Gracias por entrar, leer y comentar, amigo Toni.
EliminarFeliz Año Nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias. Igualmente, Antonio.
Eliminarme gusta haberte encontrado en enero
ResponderEliminartu blog es diferente
lo mejor para vos desde Miami
Muchas gracias. Estás en tu casa. Feliz año.
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