martes, 6 de enero de 2015

"AD HOMINEM" (II)

               En tal situación, y siendo además los máximos dirigentes nacionales profesores universitarios, cabría esperar una absoluta limpieza dialéctica, un respeto a la honradez intelectual, como signo y muestra del baldeo general que prometen realizar en las instituciones ahora en las corruptas manos de “la casta”. Es decir, ausencia de juego sucio al debatir, de trucos y fullerías; abandono, entre otros, del argumento “ad hominem”, como digo, tan extendido.
http://www.vertele.com/noticias/
monica-carrillo-ni-una-sola-mujer-preguntando-
a-pablo-iglesias-en-el-24-horas/
               Pero no, no ha ocurrido ni está ocurriendo así. Muy al contrario, se dice que esos dirigentes suelen acudir a las tertulias y discusiones políticas cargados (ellos o sus “colaboradores”) con abultadas carpetas de errores, sospechas, acusaciones, citas, cifras… para tirárselos a la cara a los interlocutores a las primeras de cambio, en un intento de descrédito que no se esfuerzan, parece, en disimular. Para muestra, unos botones. En una especie de mesa redonda celebrada hace unas semanas en “24 horas” de TVE, el señor Iglesias, investido ya como Secretario General de Podemos, descargó toda la artillería descalificadora que pudo y más contra uno de los periodistas, el señor Rojo, no bien había mencionado este la posibilidad de que existieran algunas irregularidades del partido con Hacienda. A partir de entonces, me he fijado y, efectivamente, he visto que el joven dirigente lleva unos folios con información sobre las personas que se le oponen o simplemente le entrevistan en el plató. Tiene, además, el señor Iglesias una tendencia a expresarse con vehemencia, ímpetu, enfado, furia, con tono de amenaza, intimidación…, cuando levanta el látigo de las descalificaciones. Incluso la postura corporal y los gestos manifiestan su actitud envalentonada: se yergue en su asiento y mira fijamente, descaradamente, a quien pretende acorralar y achicar; eleva el volumen de la voz y deja aparecer a veces algún que otro término coloquial poco elegante, de gran impacto expresivo en tal contexto, no informal.
               Excúseme el lector de no traer a esta página una batería de secuencias textuales o televisivas probatorias de lo que digo, pues alargarían en exceso la exposición. En YouTube hallará abundante material. Me limito a la síntesis a la que he llegado después de ver y oír bastantes intervenciones del personaje en los medios. Sé que corro el riesgo de que se juzguen mis afirmaciones como invenciones y acusaciones gratuitas. Si algún lector ve así las que anteceden, solo puedo decirle que mi intención no es engañar ni caer en lo mismo que critico, el argumento “ad hominem”.

(Continúa aquí)



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