Acabo de leer el último libro sobre el terrible atentado del
11 de marzo de 2004 en los trenes de Atocha. Es la más reciente “investigación
paralela”, según se denomina en él a toda indagación realizada al margen de la
instrucción judicial, del juicio oral y su sentencia, en los que se pergeñó y
se dio carta de naturaleza y respaldo institucional a la que vino a conocerse
como “versión oficial”. Es un libro mediano, de 444 páginas, del que doy los
datos: IGNACIO LÓPEZ BRU: Las cloacas del
11. Málaga, Sepha, 2013. El texto va precedido de dos prólogos, uno de G.
Moris (“Nunca olvidaremos lo inolvidable”), padre de una víctima mortal, y otro
de L. del Pino (“La verdad os hará libres”), uno de los primeros y más
destacados “investigadores paralelos”.
El contenido se distribuye en ocho partes, que equivalen en
su mayoría a secuencias temporales, muy cortas por cierto, como corresponde a
un examen extraordinariamente detallado, efectuado casi con lupa, de los
hechos: “La situación previa”, “La mañana del 11-M”, “La tarde del 11-M”, “La
noche del 11-M”, “La mochila de Vallecas”, “Varia islamista”, “Las cloacas”,
“Verdad y justicia”. Se añade un apéndice sobre “El 23-F” y otro con un
“Organigrama de la Dirección General de la Policía”, seguidos de una útil
bibliografía.
Desde ahora confieso que me pongo a escribir la presente reseña con la intención de aconsejar, animar, invitar… a toda persona de buena fe a que lea el libro. Lo de buena fe vale como exenta de prejuicios y ajena al espíritu del fanático “¡Vale ya!” o del imperdonable carpetazo.
Desde ahora confieso que me pongo a escribir la presente reseña con la intención de aconsejar, animar, invitar… a toda persona de buena fe a que lea el libro. Lo de buena fe vale como exenta de prejuicios y ajena al espíritu del fanático “¡Vale ya!” o del imperdonable carpetazo.
El método aplicado por López Bru consiste, básicamente, en reunir
todos los datos posibles relativos a cada fase cronológica o a cada asunto (hechos,
acciones y documentos, tanto escritos como audiovisuales), que son ingentes, para
examinarlos en sí mismos y ponerlos luego en relación unos con otros, en pos de
una lógica, una coherencia, una interpretación. A veces no se halla significado
alguno si no es acudiendo a omisiones (la mayoría claramente intencionadas),
que también constituyen, por supuesto, datos. Con todo ello, se llega muy a
menudo a una reconstrucción de lo acontecido que no se corresponde con la
“oficial”, o bien a la necesidad de desechar esta por falsa, contradictoria,
inverosímil o infundada, y al
planteamiento de numerosas conjeturas y sospechas. Lo que hace que terminen los
capítulos con una serie de interrogantes acerca de los verdaderos motivos y los
auténticos actores, ausentes en una instrucción con tantos agujeros y lagunas,
tan deficiente como sesgada. Tal instrucción debe considerarse como causa directa
de que se desconozca lo esencial del atentado, aun hoy, después de 9 años:
quién fue el instigador y promotor (persona o grupo), quiénes lo cometieron,
con qué fines actuaron uno y otros.
Uno de los supuestos de la investigación de López Bru
consiste en que, desde aquel 11 de marzo hasta nuestros días, se da un acuerdo
tácito, pero eficacísimo, entre instancias políticas (los dos grandes partidos)
y judiciales, con la connivencia y ayuda de determinados medios, por taponar
toda vía de averiguación que pueda conducir (incluso a título de mera sospecha)
a teorías “espúreas” , es decir, diferentes de la institucional. Constituye la
causa remota de la ignominiosa ignorancia en la que permanecemos. Ese supuesto
queda ampliamente demostrado en la obra. Además, el lector termina
perfectamente informado y convencido de que casi nada de lo fundamental que nos
han contado del crimen (móviles, autores, ejecutores) se tiene en pie, aunque
no se disponga todavía (o no se pueda probar) una tesis alternativa.
El autor dice haber terminado la redacción de su libro, por
esto mismo, con un sabor amargo. Yo confieso haber concluido la lectura con
sentimientos de rabia y de vergüenza. Pierde su dignidad quien no respeta a sus
muertos, sobre todo si han sido vilmente asesinados, y desde esa óptica España
es un país que ha de redimirse a sí mismo: esta es la vergüenza; la rabia me
asalta cuando compruebo que personas tan profundamente conocedoras y tan
comprometidas desde hace años con la búsqueda de la verdad como Ignacio López
Bru -lo sé- afirman que “no albergamos,
pese a todo, grandes esperanzas de que se pueda ver luz al final de este largo
túnel”. A lo que añade unas durísimas afirmaciones,
con las que termino: “La tenacidad y contumacia que muestran todos los poderes
e instituciones -y la gran mayoría de
los medios de comunicación- cada vez que asoma la sombra de una duda sobre la
verdad oficial son tan descriptivos como reveladores del miedo cerval que les
embarga, no fuera que algún atisbo de lo que cada vez más parece un Gran
Secreto de Estado pudiera salir del arcano donde está encerrado” (p. 415).
Leí anoche tu artículo antes de irme a la cama y me he levantado esta mañana con la preocupación de si mi "buena fe" estará a la altura. Porque una cosa tengo segura: no leeré ese libro.
ResponderEliminarQuisiera hacerte una pregunta: ¿Podría yo retirar el distintivo de "buena fe" a aquellos que no hayan leído la sentencia? Yo lo hice.
Saludos cordiales.
Te agradezco tu visita y comentario, Arco. Contesto, como mejor sé, a tu pregunta: casi siempre es fruto de un prejuicio dejar de leer algo "por principio", sea el texto que sea, un libro o una sentencia. Todos caemos en eso, yo el primero, claro. Tal vez tu caso sea un poco distinto, porque ya sabes de qué va el libro gracias a mi reseña (que, pese a todo, te has leído) y tu negativa esté fundada. No dudo de tu buena fe, no soy nadie para hacerlo; y mucho menos, habiendo leído tú mi modesta reseña, que es el escrito que yo dirigía a la gente de buena fe, ella y no el libro, que no es mío. Salud(os).
EliminarArco, los que hemos leído la sentencia con "buena fe" y nos encontramos con infinitos hechos probados que no son tales y con mentiras de muchos testigos, que el Tribunal conoce, puesto que en la sentencia da por bueno todo lo contrario que declaran los testigos, y, aun así, no le aplica la ley por falsedad de testimonio,¿estamos obligados por decreto a seguir teniendo "buena fe"?
ResponderEliminarSaludos
Amigo Jaramos, el prejuicio es un recurso de nuestra especie que le permite evitar sorpresas desagradables. De hecho no somos capaces de prescindir de ellos, los necesitamos. Por supuesto reconozco la existencia de un prejuicio al rechazar este tipo de lectura, la cuestión es si está justificado. Como no quiero entrar a discutir el fondo de la cuestión porque entiendo que ni tu posición ni la mía van a retroceder ante los argumentos mutuos (otro prejuicio) prefiero dejarlo así.
ResponderEliminarUn cordial saludo a ti y a la amable comentarista que ha tenido la gentileza de dirigirse a mi.
Ay, ay, amigo Arco. Siempre terminamos igual, jeje. Nos pasa como al del chiste: Se levantó uno un día con ganas de pelea y, al salir, vio que pasaba un hombre con un ladrillo en la mano. Le dijo: "Dame ese ladrillo, es mío". Y el otro respondió: "Ah, pues tómalo". Y se lo dio.
EliminarPermíteme una mínima apostilla, amigo (hermano ya casi) Arc.: si el prejuicio está justificado, ya no es un pre-juicio, sino un juicio, o sea, un criterio, un argumento o algo así. Salud(os).
Es curioso cómo nombrar los atentados del 11 M es como nombrar la "bicha". ¿Por qué será? Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
ResponderEliminarYa sabes, Anónimo, que uno de los móviles más potentes de la acción humana (y de la inacción) es el miedo. Gracias por tu visita y comentario.
EliminarRecuerdo ese día perfectamente, como si fuera ayer. Me levanté, escuché un telediario matinal horrorizado y fui a pasear al perro sabiendo que algo de lo que había oído era una mentira. Lo primero que se dijo sobre la autoría fue ETA, sin pensar en modus operandi, ni en comparaciones ni en siniestros atentados cometidos hacia no demasiado. Yo, en las primeras horas, ví claro que se trataba de terrorismo islámico. Existía ya internet y, aunque estaba trabajando, no paré de buscar noticias sobre el tema, esa misma tarde. Se repetía la letanía, ETA. Hasta que "La voz de Galicia" saca en su edición digital que han podido ser terroristas islámicos. A partir de aquí, pasaron muchas cosas, como por ejemplo que me manifesté ante una sede del partido popular gracias a la convocatoria que me hizo el propio Mariano Rajoy por televisión, insultando a mi inteligencia, un sábado a las 9, día antes de las elecciones. Y aún sabiendo que no podía manifestarme, que estaba cometiendo un delito al hacerlo, salí a la calle, pensando que los muertos que no estaban necesitaban justicia. He asistido a un montón de manifestaciones pero de la que me siento más orgulloso es de esa, por que creo que hice lo correcto. Creo que en este tema no estoy en absoluto de acuerdo contigo. Un saludo.
ResponderEliminarAmigo Soyun, muchas gracias por tu nueva visita, acompañada de sustancioso comentario. Creo que lo que te ocurrió a ti, les pasó a muchos españoles. Yo iba en un coche con un compañero vasco (a trabajar) y lo llamaron de su tierra: por lo visto, le dijeron que Otegui había asegurado que no había sido la ETA. Después se inició la deriva islamista, que continuó y persiste (como V.O.). Muchos españoles, entre los que me encuentro, hemos seguido (con progresivo espanto y dolor) las investigaciones siguientes de personas muy solventes, pero de fuera del aparato. Este libro es fruto de una de esas investigaciones. Insisto: no es una "teoría" o especulación, sino una dossier extraordinariamente documentado. Para mi tranquilidad y la tuya (supongo), te digo que no es conmigo con quien no estás de acuerdo, sino con un un nivel de información. Salud(os).
EliminarArco nos pone sobre la mesa algo de mucho calado. Una persona de buena fe que lea la sentencia ¿como puede dudar de la teoría de la conspiración islamista? La gran "hazaña" de Gómez Bermúdez fue construir, inventar, crear un relato completo, coherente, argumentado y "probado" de lo ocurrido. Con lo que había en el sumario y se vio en el juicio, apenas se hubieran podido realizar una serie de condenas inconexas y reconocer que muchos elementos clave de la conspiración, no habían podido ser aclarados.
ResponderEliminar¿Como embaucó a gente de buena fe como Arco? En ocasiones cambió sentido lo que había dicho un testigo. Por ejemplo la testigo dijo que el supuesto Zougham preguntó por un tren pero no se montó en él y salió fuera de la estación; en cambio el Tribuna en la sentencia dice lo contrario, que le preguntó a la mujer y se metió en el tren que luego explota. cuando Arco leyó en la sentencia lo relativo a la Kangoo pensaría que estábamos fumados; sin embargo no sabe que ahí se miente al decir que entra en las instalaciones policiales a las 15,30 horas cuando el policía encargado de su custodia dijo en el estrado de manera clara e inequívoca que entró a las 14,30 horas y por tanto, durante una hora estuvo el vehículo en el limbo: las declaraciones en el tribunal de los policias que vieron el coche vacio, ahora adquieren su auténtico significado.
Otras veces es una redacción poco cuidadosa, como cuando para meterle a Gnoui, los 30.000 años que no les ha podido cascar a otros tres, dice que por teléfono le piden un "clavo" que significaba metralleta, lo que es una suposición dado que nunca se desveló el código que usaba aquel grupo de delincuentes. Podía haber puesto "probablemente una metralleta", pero no,lo dice con rotundidad y así Arco y cualquier persona de buena fe, puede tener la sensación de que se ha avanzado mucho más en la investigación de lo que se hizo realmente.
ResponderEliminarEstos son ejemplos. En el momento que se cruza la información del sumario, testificales y sentencias, surgen de decenas y decenas de mentiras, inexactudes, errores, redacciones descuidadas, que siempre van en la misma dirección. Muchas de ellas pequeñas, aparentemente intrascendentes pero "la moneda siempre cayó del mismo lado", y que a la postre permiten dar una imagen de caso totalmente solucionado, cuando incluso, desde el punto de vista de la teoría de la conspiración islamista, hay agujeros y carencias de información por todos los lados.
Finalmente una reflexión Arco, se equivoca respecto a lo que es este caso, no es un asunto de prejuicios sino la vieja confrontación entre fe y razón. Entre fe y razón, usted ha elegido la fe, mecanismo también útil en nuestra especie para digerir la cruel realidad y tiene todo el derecho del mundo, pero al menos seamos conscientes de donde estamos cada uno.
Muchas gracias por tu visita y sustancioso comentario, jflp. Gracias por descender a detalles que tan bien ilustran lo que quieres decir: todas las personas de buena fe (y sin ninguna otra información complementaria) que leyeron y lean la sentencia, fueron, son y serán engañadas. Seguramente, para los mentirosos de toda condición y oficio hubo y hay alguna razón más poderosa que los muertos y afectados. Salud(os).
EliminarEn buen charco te has metido, amigo Jaramos. ¿Galgo o podencos? Algo muy nuestro.
ResponderEliminarSaludos
No sé qué ha pasado, pero te dejé un comentario-saludo hace unos días, y no hay rastro de él.
ResponderEliminarEn resumen, te felicitaba por la redacción, la composición y el estilo de esta entrada y algunas otras que había estado leyendo.
A ver si la próxima vez no pasa nada raro.
Saludos.
Ángeles, muchas gracias dobles por tu doble visita y perdona la poca diligencia de la máquina. Según me han dicho, a otros les ha sucedido lo mismo. ¡Con lo que me gustan a mí los comentarios y discusiones! Muchas gracias también por esas inmerecidas alabanzas. Espero y deseo que de aquí en adelante que entre todo. Salud(os).
EliminarSorprende que todavía se continúe suscitando sospechas que van a mantener en vilo la cuestión hasta la consumación de los siglos con buenos beneficios para quienes siguen alimentándola. Veo que por ahí anda el tal L. del Pino, a quien una vez oi hablar del tema y me dio tanta lástima como vergüenza. Seguí en su día muy de cerca la instrucción, he leido los argumentos que sustentan la sólidasentencia emitida por el Tribunal que presidió Gómez Bermúdez. Transcurridos casi diez años creo que el Estado de Derecho ha funcionado y que las especulaciones que algunos medios cultivan para seguir haciendo caja están sumidas en la indiferencia mayoritaria. Personalmente, cada 11 de marzo me limito a recordar a los que sufrieron aquella barbarie. A continuo con la lectura de las obras que tengo entre manos, entre las que nunca figura ni va a figurar ese tipo de elucubraciones, que orillan el Derecho y fomentan el desasosiego injustificadamente. Saludos, Jaramos.
ResponderEliminarOk, Fernando. Gracias por tu visita y testimonio. Añado que sobre aquello que no se lee no se puede opinar. Tengo la suerte de ser leído por ti siempre, cosa que siempre agradezco. Salu(os).
ResponderEliminarPues en lo que se refiere a la autoría no hay muchas hipótesis. No diré aquello de "blanco y en botella", pero casi.
ResponderEliminarLas pruebas de la autoría más probable
www.burbuja.info/inmobiliaria/politica/273059-lejos-de-opinionitis-pruebas-mas-verosimiles-de-autoria-del-11-m.html
Muchas gracias, Anónimo, por tu visita y valiosa aportación. Me he leído atentamente esa "burbuja" que incluyes. No estoy seguro de que ofrezca "pruebas", pero sí una serie de sospechas, indicios, conjeturas... con bastante lógica. Personalmente, creo que quienes han investigado no tocan la cuestión de la autoría porque no tienen datos en que basarse. En los días posteriores al atentado fueron destruidas o desaparecieron posibles pruebas, incluso se crearon pistas falsas, etc. El libro que reseño nos muestra tan solo "los hechos" y "las actuaciones" (incluidas las omisiones) de todos los responsables implicados en la investigación e instrucción, los documentos aportados, etc. No se propone (como casi ninguno de los "investigadores paralelos") establecer una hipótesis sobre la autoría y sus motivos, debido a la carencia de datos; se quedan en una fase anterior, suficiente, eso sí, para desmontar la versión oficial. Reitero mi agradecimiento por tu visita y comentario. Salud(os).
EliminarLo que ahí se plantea es una hipótesis QUE NUNCA SE INVESTIGARÁ. Si faltan las pruebas,hay que buscarlas, tal y como hace la policía y los jueces cuando buscan la autoría de un delito. ¿Lo han hecho? No.
Eliminar1- No ha sido Al Qaeda, puesto que Al Qaeda no existe, o si existe es una franquicia de la OTAN; de hecho en Libia están al mando gente que tenía orden de busca y captura de Interpol por pertenencia al terrorismo islámico. ¿Quién los puso al frente de Libia? Lo mismo en Siria, que no hay guerra civil, sino invasión de mercenarios suníes pagados por Arabia Saudí y Qatar y protegidos por la OTAN e Israel.
2-ETA tampoco ha sido. A lo sumo colaboradora en la intoxicación previa, dado que ya estaba totalmente infiltrada por la policía. ETA ha existido durante 40 años gracias a Francia y luego la OTAN. De hecho la OTAN tocó el silbato y se acabó ETA:
http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/232294/-solana-asegura-que-nunca-participo-en-ninguna-negociacion-y-defiende-el-papel-de-la-fundacion-henry-dunant
3- Tampoco Marruecos, dado que no mueve un dedo sin permiso de Francia.
¿Cuántos candidatos a la autoría hay, aparte de esos? Pues los señalados en ese artículo. Ni uno más. Blanco y en botella. Es como lo de Kennedy: no hay pruebas concluyentes de la implicación de la CIA ni el FBI, pero se sabe que no pudieron ser otros.
Nueve años y aun seguimos sin abordar la autoría del 11-m. Lo demás ya se sabe todo desde hace años, esto es: que la versión oficial no es de recibo.
Veo que estás "puesto" en el tema, amigo/a Anónimo. Gracias por compartir tus conocimientos e ideas. Yo, por mi parte, me pregunto por qué no se indaga también, ya a estas alturas, quiénes trataron y tratan de taparlo todo, hacer que se olvide..., y por qué. Gracias por tu nueva visita, siempre bienvenida.
ResponderEliminarEl otro día cerré mis comentarios señalando que al final se volvía a repetir el viejo enfrentamiento de "fe y razón". El 11M es uno de esos casos paradigmáticos donde se puede comprobar como la frontera entre la fe y la razón es más difusa de lo que parece y como personas que en otros órdenes son racionales, sensatas, escépticas, en cuanto se miente la "bicha" se transforman en ese carbonero que a nadie le ganaba a noble, pero ganaba a todos en simpleza y credulidad y ante cualquier cosa que simplemente no entendiera se aferraba a la estampita de la Virgen y rezaba compulsivamente. De ahí lo de la "fe del carbonero". Da igual las pruebas que se ofrezcan, da igual los planteamientos absolutamente racionales y el rigor extremo con que se aplican, como el carbonero del dicho, se aferran a los "sólidos argumentos de la sentencia de la AN". Un amable contertulio lo ha dicho así de claro. "Sólidos argumentos" y punto, por más que a modo de ejemplo se le hayan señalado varias falsedades fácilmente comprobables.
ResponderEliminarPor cierto ya que se habla de que los opositores a la teoría de la conspiración islamista buscan dinero, no está mal recordar que más del 90 % de los libros publicados son islamoconspiranoicos. Son una mínima parte los escépticos. Curiosamente de las decenas y decenas y decenas de libros "oficialistas" publicados ninguno usa el sumario y las testificales del juicio y curiosamente los cuatro libros escépticos publicados, se basan fundamentalmente en la documentación del sumario y las testificales.
¿Entienden ahora porque hablamos de un enfrentamiento entre Fe y Razón?
Estoy totalmente de acuerdo contigo, amigo jflp. En lo primero, o sea, en las posturas cerradas, debidas en muchos casos a una fidelidad partidista o a una pobreza mental absoluta. En este asunto, como en otros, ya no se razona ni se dialoga, sino que se muestran las cartas y acaba el juego. Bueno, a veces hay alguna que otra mordida para que les vayan dando a los adversarios y no se atrevan a insistir. Lo que tú llamas "fe", oponiéndola a la "razón", no sé si debería denominarse "intereses" o incluso "miedo", o todo junto. Gracias por tu sustanciosa visita, amigo jflp. Salud(os).
ResponderEliminarNo se sabe y probablemente no se sepa nunca quienes fueron los autores intelectuales.En cuanto a la parte judicial, la sentencia tiene más agujeros que un queso. Respecto a la parte política, manejo desacertado del PP y aprovechamiento totalmente inmoral del PSOE.
ResponderEliminarAmigo/a Anónimo, has resumido extraordinariamente bien el "estado de la cuestión". Digo amén a todo lo que has escrito. Muchas gracias por tu visita y por esas tres líneas impagables.
EliminarGracias, pero no he dicho nada extraordinario. Agrego que he terminado de leer el libro de Ignacio López Bru sobre el 11 M y me parece muy bueno.
EliminarQuiero votar para que se reabra el proceso del 11M,y no encuentro el sitio para hacerlo
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