Me temo que nuestro peinado es el más permanente y extendido de todos: siempre ha existido, existe ahora y existirá en el futuro. El más fácil y barato. Etc. Hemos de estar orgullosos de que así sea. Salud(os), amigo Antorelo, y bienvenido en tu "reentré".
Hay quien dice, que vuestro peinado (el de Antorelo presumo es el mismo)no es más que una variante del de raya en el centro, solo que de raya ancha. Respecto a los peinados, son como las canicas, los trompos y la rayuela. Pasen los años que pasen vuelven. Ya se sabe como funciona esto de las modas.
La raya ancha..., amigo C3C. Me gusta más pensar que nos estamos "dejando la frente", jaja. Es el peinado menos artificial y sofisticado que existe. Un abrazo.
Hace tiempo que no entraba en tu blog y me ha sorprendiodo agradablemente la nueva imagen. Has tenido buen gusto. Respecto a los peinados yo tembien dejé de interesarme por ellos el día que decubrí que el peine era un instrumento inutil, pero históricamente es otra cosa. Fíjate que los antiguos asociaban la abundancia de cabello a la virilidad. Calígula prohibio bajo pena de muerte que los romanos se asomaran a las ventanas cuando el pasaba por la calle, pretendía que nadie viera su calva. En fin, yo también sospechaba que con el pelo se perdía algo más. Saludos
Vaya, Arcadio, qué alegría volver a verte por mis textos. Sinceramente, te echaba de menos. Agradecido. Mira, sin querer compararme yo con Calígula ni ponerme a su altura, confesaré que, cuando empezaba a despejárseme externamente la cabeza, evitaba que alguien bajase las escaleras detrás de mí y gentilmente cedía el paso a toda persona, grande o chico. Jajaja. Tiene bastantes ventajas estar descapilado: ¡eres el primero que se entera de que está goteando y va a llover! Por ejemplo. (Este "consuelo" lo aprendí de mi compañero y amigo Juan Eslava Galán, ya calvo en sus años de universitario, ahora escritor conocido y apreciado) Bueno, pues me alegro una enormidad que la nueva cara del blog tenga ese buen efecto colateral. Yo sigo entrando al tuyo, aunque no escribo..., porque... solo pondría una y otra vez, últimamente, la palabra "leído". Creo que me entiendes. Un cordial saludo, amigo Arcadio.
Mucho me temo, amigo, que a mí me sobran ya todos.
ResponderEliminarPoco a poco me iré poniendo al día en tu blog.
Un abrazo
Me temo que nuestro peinado es el más permanente y extendido de todos: siempre ha existido, existe ahora y existirá en el futuro. El más fácil y barato. Etc. Hemos de estar orgullosos de que así sea. Salud(os), amigo Antorelo, y bienvenido en tu "reentré".
ResponderEliminarHay quien dice, que vuestro peinado (el de Antorelo presumo es el mismo)no es más que una variante del de raya en el centro, solo que de raya ancha.
ResponderEliminarRespecto a los peinados, son como las canicas, los trompos y la rayuela. Pasen los años que pasen vuelven. Ya se sabe como funciona esto de las modas.
La raya ancha..., amigo C3C. Me gusta más pensar que nos estamos "dejando la frente", jaja. Es el peinado menos artificial y sofisticado que existe. Un abrazo.
ResponderEliminarHace tiempo que no entraba en tu blog y me ha sorprendiodo agradablemente la nueva imagen. Has tenido buen gusto. Respecto a los peinados yo tembien dejé de interesarme por ellos el día que decubrí que el peine era un instrumento inutil, pero históricamente es otra cosa. Fíjate que los antiguos asociaban la abundancia de cabello a la virilidad. Calígula prohibio bajo pena de muerte que los romanos se asomaran a las ventanas cuando el pasaba por la calle, pretendía que nadie viera su calva. En fin, yo también sospechaba que con el pelo se perdía algo más.
ResponderEliminarSaludos
Albricias, esta nueva plantilla tuya me permite entrar sin problemas ¿Has visto¿
ResponderEliminarVaya, Arcadio, qué alegría volver a verte por mis textos. Sinceramente, te echaba de menos. Agradecido. Mira, sin querer compararme yo con Calígula ni ponerme a su altura, confesaré que, cuando empezaba a despejárseme externamente la cabeza, evitaba que alguien bajase las escaleras detrás de mí y gentilmente cedía el paso a toda persona, grande o chico. Jajaja. Tiene bastantes ventajas estar descapilado: ¡eres el primero que se entera de que está goteando y va a llover! Por ejemplo. (Este "consuelo" lo aprendí de mi compañero y amigo Juan Eslava Galán, ya calvo en sus años de universitario, ahora escritor conocido y apreciado) Bueno, pues me alegro una enormidad que la nueva cara del blog tenga ese buen efecto colateral. Yo sigo entrando al tuyo, aunque no escribo..., porque... solo pondría una y otra vez, últimamente, la palabra "leído". Creo que me entiendes. Un cordial saludo, amigo Arcadio.
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