Discernir lo que está bien dicho de lo que está mal dicho en el territorio dialectal andaluz no siempre resulta tarea fácil. Carecemos de una norma única, ya se sabe, y de la suficiente estabilidad en la elección de variantes dentro de bastantes subdominios, sobre todo en el nivel que llamamos coloquial. Muchos andaluces pueden decir unas veces “hacer” y otras “haser” sin darse apenas cuenta, ni ellos ni los que los oyen. En términos algo más técnicos, el problema consiste en poder o no poder distinguir el dialectalismo del vulgarismo, el regionalismo o localismo de la incorrección. Se une el que bastantes andaluces están convencidos de que hablan muy mal, tanto que ya no tienen remedio ni solución; o bien, en el polo opuesto, que toda disidencia del modelo castellano (del norte), la que sea, es legítima e incluso merece respetarse y fomentarse. Es decir, no hay un criterio lingüístico sólido y seguro, cosa que no ayuda demasiado a la mejora de la competencia. La cuestión no es baladí y se convierte en un serio problema en la enseñanza, por ejemplo, cuando se ha de corregir el habla de los alumnos, de extirpar defectos, etc., sobre la base de principios y directrices netas.
Donde se dan sobre todo las vacilaciones, la fluctuación, es en el plano fonético, y no tanto en la morfología, la sintaxis o el léxico, exentos en general de tantas contradicciones, vacilaciones y dudas. Pertenecen, precisamente, a la morfología los dos fenómenos a los que me voy a referir aquí. Ambos están presentes en zonas del habla andaluza, aunque tal vez no del todo coincidentes, y al menos uno, el segundo, salta también en el habla de otras regiones españolas. Son estos:
1) Sustitución del verbo auxiliar “haber” por “ser” en el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo: “si fuera estado allí…” en vez de “si hubiera estado allí”.
2) Cambio de la desinencia “-amos” por “-emos” en la primera persona del plural del pretérito perfecto simple (o indefinido) de los verbos de la primera conjugación (en “-ar”): “En el sitio donde nos encontremos la semana pasada” por “En el sitio donde nos encontramos la semana pasada”.
A mí me parece que son dos errores y no dos realizaciones dialectales; dos faltas garrafales, que hay que erradicar del uso, incluido el coloquial (no digamos ya del registro formal). Solía yo comenzar por ellos los ejercicios de expresión oral con mis alumnos, encareciendo su gravedad con el argumento de que “cantan” demasiado, dada su frecuencia en la conversación y, además, el estigma que llevan asociado en la apreciación de las personas con una cierta cultura. Dicho más a las claras, como se lo advertía a los chavales: “os tomarán por catetos si los oyen de vuestra boca”.
Refiriéndose al primero, “fuera estado”, los profesores A. Narbona, R. Cano y R. Morillo, en su espléndida obra de conjunto El español hablado en Andalucía (Barcelona, Ariel Lingüística, 1998), lo ven como “pervivencia” de un “arcaísmo residual” y añaden: “Se trata de algo no bien explicado y cuya difusión por buena parte de Andalucía -que está por precisar- no sobrepasa el ámbito de las capas no instruidas, especialmente de zonas rurales” (p. 196). En cuanto al segundo, “encontremos” por “encontramos”, J. Mondéjar (El verbo andaluz, Madrid, CSIC, 1970) declara: “Como es sabido, este cambio se debe a la influencia de la primera persona del singular sobre la primera persona del plural”. A continuación hace recuento de los lugares donde es más frecuente, pertenecientes la mayoría a la parte central y oriental de la región (p. 71).
Mencionaba antes la aparición de esta alteración de desinencias fuera de la región andaluza. Y, efectivamente, puede oírse por casi toda la franja mediterránea hasta Cataluña, asociada siempre a la población con menos cultura.
Quiero terminar con un curioso documento sonoro. Conectad los altavoces. Lo recogí del programa de radio “Herrera en la onda”, de Onda Cero, concretamente del 31 de enero pasado. El director y presentador, Carlos Herrera, almeriense criado en Cataluña y residente en Sevilla, que no es un hombre inculto precisamente, sino todo lo contrario, dice, no sé si de modo inconsciente (en cuyo caso tendría interiorizado el error) o en tono humorístico, con el cual suele descender a pronunciaciones vulgares como “leuro” (por “euro”) o “analís” (por “análisis”), entre otras, dice “si fuera estado allí…”, hablando de una persona que podría haber dado sustanciosa información sobre Egipto “si hubiera estado allí”.
Sea cual sea la intención del popular comunicador, quiero aprovechar para aludir al vigor que ostenta hoy en Andalucía esta forma verbal anómala: lejos de estar en retroceso, va ganando terreno en la sociedad. Sé de maestros y profesionales de similar rango que la han incorporado ya a su corpus oral, incluso al que sobrepasa lo coloquial y privado.
Yo creo que los andaluces habláis con muso arte, independientemente de los errores fonéticos.
ResponderEliminarMe ha encantado tú anterior post, coincido contigo en que nuestro gobierno nos quiere inculcar una moral. Últimamente estoy un poco vago con esto de los blogs, pero aún que a veces tarde no me pierdo ninguno de tus post.
Un abrazo,
Rato Raro
Digo, digo.
ResponderEliminarCarlos Herrera habla "mal" a propósito. Suele hacerlo para mantener la atención del oyente. Es un recurso que utilizan varios de los grandes de la radio española.
ResponderEliminarRoberto Sánchez (SER) es un experto en el retuerto dialéctico, por ejemplo.
En cuanto al habla andalusí...bueno, desde Catalunya me es difícil de entender.
Cuando era un crío pensaba que los andaluces nacían con un problema en la boca, y por eso no podían hablar bien.
Ya ves, nada más lejos de la realidad.
Simplemente no hablais correctamente...porque no os da la gana...jeje.
Magnífico post!
Salu2
Ya sé que se me puede imputar de subjetiva- llevamos ya toda una vida juntos-, pero basándome en los conocimientos que tengo en común contigo- fuimos compañeros de carrera y lo hemos sido de profesión-, te felicito por este artículo que refleja tan fielmente una realidad morfológica de nuestra tierra y que tú con tanta sencillez y maestría has sabido expresar.
ResponderEliminarSiento envidia..., pero de la sana y me enorgullece tener a mi lado una persona tan sencillamente informada y formada.
¡Enhorabuena!
Un beso
Milagros
UUUffff, vaya vaya.
ResponderEliminarOtro u otros besos.
Toni, jaja... No me hagas reír que tengo una boquera. Pero no es por eso por lo que pronuncio como pronuncio. Jajaja. Desde hace siglos se piensa fuera de aquí que hablamos "mu malamente". Decía el Arcipreste de Hita (siglo XIV): "Tomé 'senda' por 'carrera' como hace el andaluz". Pero todos os habéis columpiado. Jajaja. Aquí hay de todo, como allí. Y tú pensabas que nacíamos con la boca floja, jajaja. Te juro que cada día me hace más gracia el humor catalán, hasta con la Sr. Rahola me río a veces, ya ves. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarbuenísimo post...Y por el anterior también, enhorabuena... coincido en ambos con tu opinión...aún así, soy madrileña de pura cepa, pero me encanta el acento y la cultura andaluza, como bien explicas, lo cortés no quita lo valiente, aunque me gusta tanto que, la verdad, me da igual... seguid hablando así, me vuelve loca, no cambiéis... ;)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, nemine discrepante. Muy interesante tu "puesto". Ya he leído el libro "Lo que sé de los hombrecillos". Has tenido un buen criterio literario al recomendarlo, lo leí casi de un tirón.
ResponderEliminarUn abrazo
A Minuet. Muchas gracias. El deje andaluz..., pues anda que el tonillo castizo madrileño, así achulado y con la sarta de exageraciones y comparaciones graciosas que se os ocurren... Las he oído y las he leído también en Arniches, por ejemplo. Hasta luego, Minuet.
ResponderEliminarA Antorelo. Ja ja ja. Quede ya para siempre entre nosotros, y aún más allá, el españolísimo "puesto". Así lo propongo a todos los amables visitantes de este blog: no se hable ya más de "post", dígase "puesto". Gracias, Antorelo. Entonces, te ha gustado el libro, ¿no? Me alegro. Si hay que ponerle alguna pega, es el final. No sé si pensar que Millás tiene dificultad en rematar sus faenas o es que entra dentro de su estilo cortar por lo sano: aquí se acabó, y se acaba. Saludos, amigo.
Entonces, ¿esos libros electrónicos van bien? la verdad es que suena bastante interesante eso de llevar variedad de títulos en un mismo "aparato", suena... incluso tentador.
ResponderEliminarEs esta novela http://www.elnombredelviento.com/ y no esperes una gran cosa pero sí entretiene, así que se hace agradable.
Como dicen por aquí, a mí también me ha parecido que has expresado muy bien algo que podría haber resultado mucho más complejo. Un placer leerte.
¡Un abrazo!
Sí, va muy bien, Diana. En todos los aspectos. Gracias por la información y por el elogio, :(
ResponderEliminarHasta luego, un abrazo.
Perdón, quería dibujar esto: :)
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